Observación consciente. Escoger un objeto cualquiera: un lapicero, una lámpara o una taza de café. Luego, debes observarlo muy atentamente y conseguir centrar toda tu atención en él durante unos 3 o 4 minutos. Este ejercicio simple es muy útil ya que rompe con la rutina de nuestra mente porque raramente observamos algo de una forma 100% consciente. Al hacerlo nuestra mente se libera de otros pensamientos, se centra en el presente…la mente descansa.
Meditación. Céntrate en tu respiración durante un par de minutos y relájate . Respira con el vientre (no con el pecho), expulsa el aire por la nariz y centra toda tu atención tu respiración. Cuando lo hagas te vendrán pensamientos a la cabeza: ignóralos y esfuérzate para devolver tu atención a la respiración y no hacerles caso.
0 comentarios